Historia garaikidea
Historia garaikidea
Testuinguru historikoa
Con la llegada del siglo XX el modelo económico se transforma y las explotaciones agropecuarias tradicionales dejan de ser rentables. En la década de los 60 este proceso se acentúa en toda Euskal Herria y comienza la “crisis del caserío vasco”. Los baserritarras abandonan sus tierras para ocupar las fábricas que surgen dentro del municipio o sus alrededores.
Estos cambios conllevan un importante crecimiento demográfico y una transfiguración sustancial del paisaje. Nuevos y modernos edificios de viviendas y polígonos industriales pueblan lo que hasta hacía poco eran tierras agrícolas y, progresivamente, vecinos provenientes de distintos puntos se asientan en el municipio. La demografía crece vertiginosamente en pocos años.
Anoeta comienza a trasformarse. El municipio formado por una serie de caseríos diseminados, una parroquia y una casa consistorial que durante siglos había permanecido inalterable evoluciona en poco tiempo. Desde ese instante una serie de circunstancias y de hechos significativos se suceden concatenadamente.
Komunitate lana 'Auzolana'
El trabajo en comunidad “Auzolana” ha sido una constante en la historia de Anoeta. Desde tiempos pretéritos y gracias al trabajo vecinal se acometían importantes tareas que revertían en el bien común: realizar y limpiar los caminos, la siega de la hierba, reparaciones en infraestructuras, explotación del molino comunal Ieratxulo…
A comienzos de siglo, como herencia del pasado, la comunidad de Anoeta se constituía como una red social en la que todos sus miembros gozaban de los mismos derechos y obligaciones. En principio la titularidad de la representación en esta comunidad la ostentaba el dueño de la casa (etxe-jabe). Gracias a este trabajo en comunidad se acometían importantes proyectos de concepción de infraestructuras y se desarrollaban iniciativas que permitieron la modernización del municipio.
Lehen azpiegiturak eta plagintza orokorrak
En 1938, por vez primera, se canalizó agua hasta las viviendas situadas en la plaza gracias a la fundación de una sociedad independiente al Ayuntamiento. Todavía hoy existen algunas viviendas que aprovechan el suministro de agua que brindaba aquella sociedad: Apaetxe, Urrutiñe y la iglesia, entre otras. Poco después llegó el tren.
En 1940 se inauguró la estación, tras una disputa con Irura a la hora de decidir su emplazamiento. En aquella época el sector papelero había propiciado el enriquecimiento de la vecina Irura lo que hacía que sus acaudalados habitantes ejercieran una notable influencia en la decisión final. Una vez resuelta la decisión de que la estación se situase en Anoeta, los vecinos de Irura ambicionaban, como mal menor, que la estación pasará a denominarse “Anoeta-Irura”. Finalmente, gracias a la ingerencia del cura Don Dionisio Tellería se desestimó esta propuesta.
En 1942 se inaugura el frontón. Por aquel entonces era totalmente descubierto y su similitud con el que conocemos en la actualidad era escasa. Su nombre “Alkartasuna” (Unión), hace referencia al trabajo en comunidad que posibilitó su construcción. Desde aquel 1942 ha sufrido numerosas transformaciones, algunas fortuitas como fue la pérdida de su cubierta tras un temporal, lo que certifica el dicho de que Anoeta es lugar de fuertes vientos.